Prevención de riesgos laborales en hospitales

Es fundamental garantizar la prevención de riesgos laborales a todos los trabajadores de centros sanitarios.

 

El famoso refrán popular “en casa del herrero, cuchillo de palo”, bien se puede aplicar a la prevención de riesgos laborales en hospitales. ¿El motivo? Que históricamente la salud laboral no ha sido especialmente considerada en centros que, precisamente, velan por la salud de las personas y pacientes.

Una contradicción que en los últimos años, afortunadamente, ha vivido un importante cambio de paradigma. La seguridad laboral de los trabajadores sanitarios empieza a cobrar cada vez más fuerza. Máxime, tras situaciones tan graves como las que hemos vivido con la pandemia del coronavirus. Pero hay mucho trabajo por hacer.

Los centros hospitalarios son esos grandes centros de trabajo cuya actividad abarca el diagnóstico, tratamiento y cuidado de los enfermos. Pero, y a veces hasta más importante habiendo vidas en juego, es primordial poner en valor el trabajo de los profesionales.

 

«¿Cómo? Empezando por lo básico, es decir, el health care for health care workers’ (el cuidado de la salud de los que cuidan de nuestra salud). Un lema que, en los próximos años, se debe convertir en norma.»  

 

 

 

 

Plan de prevención de riesgos laborales en hospitales

Cada hospital debe tener implantado un plan de prevención de riesgos laborales específico y adaptado. Es decir: es crucial la planificación de todos los distintos aspectos de la organización del plan de prevención en los hospitales. Pero además, el plan ha de estar pensado para las características de ese hospital, por lo que se deberá acotar a cada centro en virtud de su tamaño, funcionamiento, etc.

Por ello, dentro del plan de prevención de riesgos laborales en hospitales tiene que quedar muy claro quien lleva el mando y control; una comunicación clara y precisa; una alta capacidad de reacción; garantizar la continuidad de los servicios esenciales y del triaje de pacientes; prever los recursos humanos, logísticos y administrativos necesarios; y finalmente proceder con determinación ante una situación de emergencia y cómo recuperarse de ella.

No obstante, el plan de prevención es solo una de las patas de la mesa sobre la que se asienta la integración preventiva hospitalaria. ¿Qué otras partes, condicionantes y procesos se deben incluir?

 

  • Evaluación inicial de los riesgos inherentes al trabajo y la adopción de las medidas pertinentes para los riesgos detectados. 
  • Asumir competencias en vigilancia de la salud.
  • Poner en marcha comités de seguridad y salud.
  • Elaborar protocolos de actuación, así como campañas de formación e información en materia preventiva.
  • Creación y actualización de los planes de emergencia o autoprotección. 

 

 

Tipos y principales riesgos o accidentes en los hospitales y clínicas

En el trabajo sanitario encontramos multitud de clases de riesgos o accidentes laborales, si bien los que más se suelen dar son los que mencionamos a continuación.

Riesgo biológico
El riesgo biológico en los hospitales es elevado. Es, de hecho, el principal riesgo. 

La transmisión de enfermedades infectocontagiosas por la exposición a diversos agentes biológicos es una batalla con la que lidian a diario los profesionales, pacientes, personal sanitario, etc. Pueden ser agentes bacterianos, víricos, fúngicos o parasitarios y se pueden transmitir por diversas vías (aérea, sanguínea, contacto directo con secreciones o fómites).

Riesgos químicos
Hablamos de sustancias químicas nocivas que se hallan en distintas formas, ya sea en estado sólido, líquido, aerosoles, gases y polvo. Generan daños por inhalación, absorción o ingestión.

Riesgo físico
Aglutina todo lo que afecta a nuestro cuerpo directamente, como el ruido, la iluminación, la temperatura, radiaciones, golpes con objetos…

Riesgos psicosociales
Es uno de los riesgos, el del agotamiento físico y mental, que más problemas está dando en la última década, especialmente las agresiones a personal sanitario que acaban provocando depresión, estrés, cuadros de ansiedad, etc.  

 

En suma, todos los riesgos laborales en los hospitales, refuerzan la necesidad de contar con expertos en ingeniería hospitalaria para prever situaciones, establecer medidas óptimas de prevención, etc.

 

 

 

Medidas preventivas y de seguridad en los centros sanitarios

Y ante los riesgos, medidas preventivas y soluciones. 

La prevención de riesgos laborales en centros sanitarios debe garantizar la salud de los trabajadores y de sus pacientes. Por su parte, la seguridad laboral son las normas y procedimientos que ofrece la protección física y mental de los trabajadores, eliminando riesgos, reduciendo el daño que puedan sufrir y valorando los factores que pueden tener influencia en que “x” situación suceda.

Como es lógico y obligatorio, existen medidas de prevención de riesgos laborales en hospitales para prevenir accidentes.

Las medidas para prevenir accidentes de tipo contagioso aluden especialmente a contar con protocolos para prevenir el contacto con agentes biológicos. Para ello, se usan mascarillas, pantallas faciales, y se toman medidas higiénicas como lavarse manos y antebrazos antes y después de atender a cada paciente

 

 

 

Las medidas para prevenir lesiones por sustancias son rigurosas, con el fin de evitar intoxicaciones. 

En cuanto a las medidas preventivas de salud física y mental, el personal sabe que ha de controlar sus emociones en la medida de lo posible, evitar posturas forzadas, y procurar realizar turnos “respetuosos” con el ciclo de vigilia.

Todas estas medidas se han visto afectadas con la crisis de la Covid-19. Por ejemplo, con las medidas de prevención de riesgos laborales de las trabajadores de limpieza de hospitales. Un sector que fue uno de los más afectados por la falta de EPIs (equipos de protección individual), sin poder su trabajo en «condiciones de seguridad» para prevenir y evitar los contagios.

 

 

El riesgo eléctrico en los hospitales

También es obligatorio hablar de los riesgos eléctricos. La seguridad eléctrica en hospitales es un tema de absoluta prioridad para evitar problemas con la corriente eléctrica que puedan perjudicar al funcionamiento del centro sanitario y a la salud de los pacientes.

Según los expertos, la segunda causa de incendios en los hospitales son los problemas eléctricos. Los equipos electrónicos/biométricos tienen una alta sensibilidad, lo que significa que pueden fallar si no cuentan con una construcción del sistema eléctrico de acuerdo a las normas de ingeniería. 

Además, y en el último año, debido al coronavirus, se ha puesto de manifiesto más que nunca la importancia de la ingeniería eléctrica hospitalaria y, por supuesto, de la seguridad eléctrica en hospitales y todo tipo de centros de atención sanitaria.

Disponer de un sistema eléctrico bien diseñado y completo equivale a tomar todas las precauciones posibles de antemano y, por ende, afrontar las potenciales complicaciones que se relacionan con la seguridad eléctrica hospitalaria.

No en vano, las unidades hospitalarias son contextos con altos riesgos de fallos eléctricos si no disponen de un sistema de seguridad eléctrica adecuada. Hablamos de fallos que no solo se limitan a los equipos materiales, sino que pueden causar daños y pérdidas humanas.

 

 

 

Conclusiones

De no tomar las medidas adecuadas, los profesionales sanitarios que trabajan en hospitales corren a diario el riesgo de sufrir determinados accidentes, en su mayoría evitables. Para ello, es fundamental que en el hospital se sigan los protocolos oportunos y que todo el personal los conozca y los aplique.

Ya no es sólo el riesgo habitual y frecuente. Desde marzo de 2020, hemos visto cómo se pueden multiplicar los riesgos más específicos a causa de una pandemia como la recientemente vivida. Eso se traduce en que, más allá de la problemática del nivel de ruido, climatización, estrés, turnos de trabajo o posibles agresiones, el sector sanitario también queda expuesto a agentes biológicos, radiaciones o el uso de determinadas sustancias químicas. 

Por todo ello, hay que revertir la tendencia de los últimos años. Una peligrosa línea ascendente de reducción de plantillas, peor calidad en el empleo sanitario, mayor presión o agresiones físicas y verbales.

 

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