Lo cierto es que se está produciendo un cambio en el diseño de las instalaciones sanitarias. La funcionalidad, sin pasar a un segundo plano, ha dejado paso al paciente y su bienestar. Para lograrlo, una de las medidas más útiles, sencillas y con un mejor ratio coste-beneficio es el diseño biofílico.
Un ambiente bien distribuido y con aire fresco, con una buena proporción de aberturas al exterior y de buena iluminación natural, proporciona mejoras en la salud de los pacientes y del personal sanitario. Desde reducir el tiempo de hospitalización a disminuir la mortalidad del paciente, reducir el dolor, rebajar el estrés… Está demostrado que la conexión con la naturaleza alivia la ansiedad y optimiza las experiencias de usuarios, familiares y empleados sanitarios en los entornos de salud.