Perspectiva actual del gasto energético hospitalario

Mejorar la eficiencia en el consumo energético en los hospitales conlleva numerosas ventajas y es un aspecto crucial para el futuro de estos centros sanitarios en los próximos años.

 

La crisis energética afecta (y mucho) a los hospitales

El precio de la luz está disparando un 25% los costes energéticos de los hospitales. Esa es la realidad que están viviendo los centros sanitarios debido a la crisis global energética, que está encareciendo el precio de la luz a límites inabordables para numerosas personas y empresas. 

Según recoge Redacción Médica, los centros hospitalarios están atravesando momentos muy duros y de incertidumbre por el incremento interanual del precio de la luz del 25%. Según Sedisa, 100.000 euros es la factura mensual por consumo eléctrico de un hospital medio. Los hospitales gastan cada vez más energía porque asumen más y más actividades, y además el IVA que pagan y tributan es el 21%: no hay precio reducido para estas tarifas. 

Tal y como explican, buena parte de los centros sanitarios del país no tiene cerrado el precio de la electricidad. Esto hace que haya un aumento real sobre lo que pagan en cada factura. Máxime, teniendo en cuenta que el consumo energético de los hospitales ronda el 3% del total del país.


«El coste energético hospitalario no tenderá a la baja hasta abril de 2022 por las tensiones internacionales y la dependencia energética de la UE.» 

 

Al respecto, es fundamental contar con herramientas de gestión hospitalaria que evalúen el inventario de los centros, el coste de las instalaciones y el tiempo de los procedimientos.

 

 

El gasto energético hospitalario en números

A pesar de los cambios en los últimos años, las cifras se suelen mantener en lo que a gasto energético de los hospitales se refiere. Hablamos de 180-580 € por cama y mes, y un gasto hospitalario en energía que supone el 2% del consumo energético total del estado. 

En España, hay más de 830 hospitales entre públicos y privados, y casi 160.000 camas. Un hospital puede consumir unas 20 toneladas medias de CO2. Por término medio, el consumo anual de cada cama de hospital es de 29.199 kWh, lo que supone un gasto aproximado de 4.467 euros al año tomando como referencia un coste medio de quince céntimos de euro por cada kWh. De media, se consume energía 24/365, unas 8800 horas anuales, repartida en calefacción (21%), climatización de estancias (17%), refrigeración (15%) e iluminación (9%).

Al respecto, es sabido que con tan solo controlar segundo a segundo los consumos energéticos, el ahorro anual podría alcanzar los 179 millones de euros, según datos de Euroconsult a partir de los datos del Sistema Nacional de Salud (SNS). 

 

 

Ahorrando en la gestión hospitalaria

Hay decenas y decenas de medidas que se pueden tomar para mejorar la eficiencia energética de los hospitales, sacando un mayor beneficio de paso de la gestión económica y medioambiental. Al respecto, la Comisión Europea concreta tres grupos de medidas: simples, de bajo coste y de reconstrucción.

 

Medidas simples, sin una financiación especial

En este caso destaca el control de apertura de ventanas y puertas en espacios con diferentes condiciones térmicas, las revisiones de la caldera o las instalaciones de luz artificial cuando sea posible.

 

Medidas de bajo coste (una única inversión por el administrador)

Hablamos de sustituir puertas y ventanas sin rotura de puente térmico por elementos con materiales sostenibles, mejorar aislamiento en la caldera, rediseñar sistemas de ventilación, empleo de temporizadores o limpieza de tuberías en los sistemas refrigerados por agua. 

 

Acciones de reconstrucción (inversión de capital con un estudio técnico de viabilidad)

Es el caso del aislamiento térmico de paredes exteriores, techos, pisos y pilotes, instalaciones de calderas individuales, sustituir los grifos manuales por grifos controlados mediante sensores de movimiento, condensadores con intercambiador de calor, etc.

 

Pero para bajar el recibo de la luz hay muchas más opciones. En el caso del aislamiento, hay que tener en cuenta que 2/3 del calor generado en un hospital se pierden a través de las paredes y el techo del edificio, por lo que mejorarlo es crucial. La iluminación supone 1 de cada 3 euros de gasto eléctrico de un complejo hospitalario, por lo que instalar lámparas de bajo consumo, sustituir fluorescentes por su versión de trifósforo, y el uso de bombillas LED, también serán de vital importancia. Y para la climatización, hay que apostar por la detección de los espacios con temperaturas inadecuadas y revisar termostatos y temporizadores. 

Mediante la inteligencia artificial, el ‘Machine learning” y la proyección de la ingeniería hospitalaria, se están llevando a cabo nuevos modelos de gestión con los que hacer más eficientes los hospitales. Por ejemplo, controlando la ocupación de las salas de espera, disminuyendo el tiempo de respuesta ante una emergencia, identificando equipos por su uso, haciendo una mejor señalización de los circuitos en los hospitales, o automatizando procesos asistenciales a nivel logístico. 

 

La apuesta por la energía solar

Uno de los pilares de la reducción del consumo energético en los hospitales es la inversión en energía solar, con el fin de garantizar un sistema eléctrico más sostenible. Hospitales como el Hospital Reina Sofía de Tudela, entre tantos otros, han puesto en marcha en los últimos años proyectos de autoconsumo de energía solar fotovoltaica. 

A partir del consumo energético total mensual y de datos de producción mensuales, se diseñan proyectos que conectan la red eléctrica interior y/o exterior de los hospitales a las placas fotovoltaicas, propiciando una reducción de la factura energética muy importante. Además, esta tecnología permite aprovechar espacios vacíos en los que hay buena radiación solar, necesita poco mantenimiento y su vida útil está estimada en torno a los 30 años, con un período de amortización de aproximadamente cinco años. Como siempre, todo dependerá de la capacidad de inversión y del esfuerzo a realizar económico en vistas al futuro.

 

 

El certificado energético verde, una asignatura pendiente

Contar con un certificado energético con la calificación A o B, que representa a los edificios más ‘verdes’ y eficientes en términos de energía, es fundamental para los entornos hospitalarios. Sin embargo, la nota es de ‘suspenso’. En España, solo el 1% de los hospitales tiene certificado energético verde. 


«Apenas uno de cada 100 hospitales españoles es completamente eficiente energéticamente.» 

 

El potencial es enorme si consideramos que los hospitales en España tienen de media 35 años de antigüedad y la inversión en infraestructura es muy escasa. Cabe señalar que solo 1 de cada 3 equipos sanitarios tienen menos de 5 años, y un 44% de éstos tiene más de 10 años. Y el objetivo, tal y como reconocen los expertos, es que un hospital tenga un 10% de tecnología como máximo por encima de la década de antigüedad.

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