La optimización de alarmas en centros sanitarios

La proliferación de alarmas en los centros sanitarios modernos, aunque fundamentales para la seguridad del paciente, también plantea algunos inconvenientes significativos para el personal médico y los pacientes.

 

Todo parte de que la tecnología médica ha avanzado a pasos agigantados, dotando a los hospitales de sofisticados sistemas de monitoreo y aviso que permiten la detección temprana de complicaciones. 

En los hospitales, por ejemplo, se registran cientos de señales auditivas diariamente, pero solo una pequeña proporción requiere acción inmediata. De hecho, una reciente investigación ha explorado soluciones que podrían marcar una diferencia significativa en la gestión de estas alarmas, beneficiando tanto al personal sanitario como a los pacientes.

 

La proliferación de alarmas en los centros sanitarios modernos, aunque fundamentales para la seguridad del paciente, también plantea algunos inconvenientes significativos para el personal médico y los pacientes

 

 

Los principales desafíos de las alarmas en los centros sanitarios

En una jornada cualquiera en un centro sanitario, la gran cantidad de alarmas que suenan plantea desafíos considerables para el personal sanitario y para los pacientes. Mencionamos algunos de ellos a continuación.

 

Fatiga de Alarma

Es quizás el problema más crítico asociado con la proliferación de alarmas. 

Este fenómeno ocurre cuando el personal sanitario se ve abrumado por la frecuencia y el volumen de las alarmas, lo que puede llevar a una desensibilización frente a ellas. 

En un entorno donde cada minuto cuenta, la fatiga de alarma puede resultar en la ignorancia de alertas verdaderamente críticas, aumentando el riesgo de eventos adversos para los pacientes.

 

Ruido y estrés

El ruido constante de las alarmas puede crear un ambiente de trabajo estresante. 

Varios estudios han demostrado que niveles elevados de ruido en los hospitales están asociados con un mayor estrés entre los trabajadores de la salud. 

Este estrés puede afectar negativamente la concentración y el rendimiento del personal médico, comprometiendo la calidad de la atención. Además, los pacientes también se ven afectados, ya que el ruido puede interferir con su descanso y recuperación.

«Varios estudios han demostrado que niveles elevados de ruido en los hospitales están asociados con un mayor estrés entre los trabajadores de la salud.«

 

Los principales desafíos de las alarmas en los centros sanitarios. El ruido constante de las alarmas puede crear un ambiente de trabajo estresante. 

 

Interferencias y distracciones

Las alarmas constantes pueden provocar distracciones continuas para los profesionales de la salud. 

Estas interrupciones pueden interferir en la ejecución de tareas complejas y críticas, aumentando la probabilidad de errores médicos. En un entorno donde la precisión es vital, cualquier distracción puede tener consecuencias graves.

 

Manejo y priorización de alarmas

No todas las alarmas son iguales; algunas indican problemas menores, mientras que otras señalan situaciones de emergencia. La capacidad de manejar y priorizar estas alarmas de manera efectiva es un desafío considerable. 

Los sistemas de alarmas deben ser capaces de diferenciar entre alertas de diversa gravedad y proporcionar la información de manera clara y concisa para que el personal médico pueda tomar decisiones informadas rápidamente.

 

Mantenimiento y configuración de sistemas

Los sistemas de alarmas requieren un mantenimiento regular y una configuración adecuada para funcionar correctamente. 

Una configuración inapropiada puede resultar en alarmas innecesarias o en la falta de alertas importantes. Además, el mantenimiento inadecuado puede llevar a fallos del sistema, poniendo en riesgo la seguridad del paciente.

 

Los sistemas de alarmas en centros sanitarios requieren un mantenimiento regular y una configuración adecuada para funcionar correctamente

 

Entrenamiento del personal

El personal sanitario necesita estar adecuadamente entrenado para interpretar y responder a las alarmas de manera efectiva. Este entrenamiento debe ser continuo, ya que la tecnología y los sistemas de alarmas están en constante evolución. 

La falta de formación puede resultar en una mala gestión de las alarmas y en respuestas inadecuadas a las situaciones críticas.

 

Impacto psicológico en pacientes

El sonido constante de las alarmas puede tener un impacto psicológico negativo en los pacientes, causando ansiedad y estrés. 

Un ambiente de cuidado ruidoso puede dificultar el descanso necesario para la recuperación, afectando negativamente el bienestar del paciente.

 

 

 

Hacer frente a la sobrecarga sensorial

El constante sonido de las alarmas puede causar una desensibilización debido a la sobrecarga sensorial, lo que lleva a que muchas alarmas sean ignoradas. 

La importancia de las alarmas clínicas para el cuidado de la salud ha llevado a la implementación de estándares globales para garantizar la coherencia entre los fabricantes, resultando en alarmas que suenan de manera similar en términos de timbre, frecuencia y tono.

Investigadores del estudio publicado en la revista ‘Perioperative Care and Operating Room Management’ experimentaron con diferentes sonidos musicales para mejorar las alarmas hospitalarias. 

Dos de los autores del estudio, Joseph Schlesinger, anestesiólogo de la Universidad de Vanderbilt en EE.UU., y Michael Schutz, investigador de cognición musical en la Universidad McMaster de Canadá, han estado investigando desde 2015 cómo los timbres musicales podrían hacer que sonidos más suaves llamen la atención del personal médico.

Los hallazgos revelaron que los timbres musicales pueden reducir sustancialmente la molestia percibida sin perjudicar la utilidad de la alarma.

 

«Los estudios sugieren que incorporar timbres musicales en las alarmas hospitalarias podría ser una estrategia efectiva para mejorar su diseño y funcionalidad.«

 

 

 

Una gestión clave en el entorno hospitalario

La gestión de las alarmas en los centros sanitarios, como vemos, es un desafío complejo que requiere una combinación de tecnología avanzada en alarmas y repetidores de alarma, protocolos claros, y un personal bien entrenado y apoyado. 

Los hospitales deben seguir desarrollando estrategias para mitigar los efectos negativos de las alarmas, incluyendo la implementación de sistemas de alarmas inteligentes, la reducción del ruido innecesario, y la capacitación continua del personal. 

Solo así se puede garantizar que las alarmas sigan siendo una herramienta valiosa para la seguridad del paciente y no una fuente de riesgo extra.

 

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