La importancia del color en los hospitales

La cromoterapia es una rama de la ciencia médica que se ocupa de curar por medio del color. Se trata de un concepto más que demostrado con hechos y, de hecho, ningún edificio puede ser totalmente funcional y adecuado si no es diseñado y decorado de forma óptima.

 

En este post, vamos a conocer más sobre la importancia del color en los hospitales, cuáles son los tonos principales que se usan en función de la estancia y qué se consigue con cada uno de ellos.

 

 

¿Cómo funciona la percepción del color en la salud?

La salud también está en los colores. Es una realidad de la que se tiene constancia desde hace siglos. No en vano, el color puede acelerar tu ritmo cardíaco, equilibrar el sistema nervioso y regular la temperatura corporal. Es decir: el color nos afecta a nivel emocional y físico. 

Esto se da así porque el color no existe en sí mismo, sino que es un efecto de la mente, una percepción visual que se genera en el cerebro cuando ve la luz reflejada en un objeto. 

Es la longitud de onda del color y su frecuencia lo que hace que veamos un color u otro. La retina capta las longitudes de onda y envía señales nerviosas al cerebro, generando así la percepción del color.

En este sentido, el color es vitamina para las células, nos habla todo el rato, informando al cerebro y activando procesos bioquímicos y hormonales en el cuerpo.

Todo esto es el fundamento de la cromoterapia, es decir, la mejora de la salud a través del color.

Veamos su funcionamiento real y práctico en perspectiva. El uso de lámparas de luz azul en bebés recién nacidos actúa como tratamiento para la ictericia –piel amarillenta por exceso de bilirrubina–. Además, en la “terapia de color” los colores complementarios se equilibran estando juntos. De ahí que el verde en los hospitales sea tan protagonista en contraposición al rojo, como por ejemplo en la ropa de los cirujanos frente al rojo de la sangre. 

En definitiva: la intensidad que tienen los colores al intervenir en el bienestar tanto físico como psicológico de todas las personas. 

 

«En la “terapia de color” los colores complementarios se equilibran estando juntos. De ahí que el verde en los hospitales sea tan protagonista en contraposición al rojo, como por ejemplo en la ropa de los cirujanos frente al rojo de la sangre.»

 

 

 

 

 

El binomio color y atención médica

A menudo, nos olvidamos del poder curativo del color. Por norma general, los centros sanitarios tienen una estética práctica y centrada en la higiene. Pero esa ya no es la realidad de los hospitales modernos, en cuyo diseño ha sido crucial crear un entorno que estimule la recuperación y curación mediante el uso de colores. 

Es por ello que la gestión médica y el equipamiento hospitalario están poniendo más y más el foco en cómo y qué colores usar para fomentar el bienestar de pacientes, visitantes y personal sanitario.  

 

 

 

La elección de cada color estancia por estancia

Todos los colores, sin excepción, transmiten sensaciones y emociones a las personas, y por ende a pacientes y personal sanitario. Por este motivo, es crucial saber qué tipo de colores escoger para un hospital y para cada una de sus estancias en busca de transmitir paz, seguridad, confianza y limpieza.

Como todos sabemos, la mayoría de los centros de salud tienen todas sus instalaciones en tonos blanco, verde, azul o gris claro. Se trata de colores que ayudan a los pacientes a mejorar su percepción sobre el sitio donde se encuentran y, además, incitan a la recuperación. Pero hay que ir mucho más allá para sacar el máximo potencial de los colores y su función terapéutica.

 

 

De hecho, en clínicas y hospitales más innovadores y modernos, el blanco está mucho menos presente que en los centros tradicionales. 

 

  • Si escudriñamos su interior, observamos que las salas de espera han de ser armónicas, para lo que se usa dos colores o más, contrastando con las cortinas u otros complementos. 
  • En los pasillos y escaleras, los tonos luminosos y suaves han de predominar, por ejemplo con el color melón o un azul muy suave. 
  • Uno de los sitios más importantes son las habitaciones de los pacientes, porque los colores son determinantes para la recuperación de los pacientes hospitalizados. Los tonos suaves y cálidos, tipo crema o marfil, son los idóneos, siempre conjugándolos con matices que aporten algo más diferencial para revertir la habitual monotonía. Y también es necesario remarcar que los techos no pueden estar pintados totalmente de blanco, ya que puede llegar a ser deprimente para quienes están inmovilizados o postrados a una cama de hospital.
  • Por su parte, el verde azulado es el tono perfecto para las salas de cirugía y quirófanos.

 

 

 

 

A cada color, un uso y función

Todos los colores transmiten sensaciones y emociones, por lo influyen tanto en el ánimo de los pacientes como en el del personal sanitario. Veamos los más importantes y usados con mayor detalle:


Azul
Baja la temperatura y la presión arterial, ralentiza el pulso y la respiración. Suele relajar la mente y reduce los síntomas de estrés y ansiedad. Es por ello un tono muy utilizado en clínicas, hospitales, consultorios, salas de espera…

 

Verde
Al aportar serenidad y frescura, transporta a la mente hacia la naturaleza, está considerado como el color más relajante para el sistema nervioso del ser humano y es fundamental para el diseño biofílico de los hospitales. Por ejemplo, se sabe que el color verde es beneficioso cuando se tratan problemas de insomnio y dolores de cabeza.

 

Amarillo
Al estar relacionado con el sol, es capaz de transmitir optimismo, luz y calidez.


Rosa

Según su intensidad, los tonos más cálidos denotan energía, juventud y goce, siendo idóneo para combinar en el uniforme de las enfermeras o en la ropa de quien se encuentre en la recepción, pero sin abusar de su uso.

 

Blanco
Es el color que contiene todos los demás, por tanto afecta todos los sistemas corporales. Es el color de la pureza, la limpieza y la simplicidad, y el predominante en los servicios de salud.

 

Naranja
Estimula el metabolismo, haciendo sentirse alegre y en estado de alerta, por lo que hay que utilizarlo en su medida justa por ejemplo en estancias donde se trate la depresión y los problemas que afectan los pulmones y los riñones. 

 

 

 

Colores que hay que evitar en los hospitales

Si el objetivo básico de los colores en los hospitales es aportar calma, tranquilidad y fomentar el bienestar, hay algunos de ellos que debemos evitar en la medida de lo posible. Empezando por el negro, asociado a lo serio, misterioso e incluso el luto.

El gris se asocia al cansancio o desmotivación, mientras que el marrón refleja impureza.

Por otro lado, aunque el naranja es estimulante, es preciso evitar un uso excesivo especialmente áreas de salud mental, ya que intensifica los estados de ánimo.

Por otro lado, el rojo se asocia con la sangre, aumenta la tensión muscular, activa la circulación y acelera las palpitaciones. En exceso puede producir estrés, nerviosismo, ansiedad, falta de concentración… Por ello, hay que alejarlo de instalaciones de cirugía y cardiología

Finalmente, el amarillo no debe estar nunca en salas neonatales y de maternidad, ya que hace llorar más a los bebés y dificulta la identificación de la ictericia.

 

 

 

Hospitales llenos de color para los más pequeños

Apostar por un buen diseño de colores en el hospital marca un antes y un después en el paso de los más pequeños por los hospitales. Del blanco apabullante, verde aséptico y gris metalizado hay que pasar a colores más vistosos y alegres. En esta área, son muchas las iniciativas que palian esta carencia, dando luminosidad y creatividad en los centros sanitarios.

Es pasar de la “unidad del dolor” a la “unidad del color”, haciendo que el niño se despiste de todo lo que tiene alrededor. Es lo que han logrado hospitales como el Reina Sofía de Córdoba en su área Materno-Infantil, profusamente decoradas las paredes con los elementos del planeta (bosques, animales, fondo marino…) y de la galaxia. 

Es el caso también del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona) con sus escenas de cuento, fantasía u color. 

E incluso la propia factoría Disney está inmersa en esta tendencia, con el proyecto Hospitales de Colores Disney trasladando a sus personajes más célebres hasta las habitaciones de los niños ingresados.

 

 

 

 

Conclusión

El color blanco es el más destacado en los hospitales, ya sea en su interior o en la fachada, por la sensación de paz y limpieza que transmite. Los tonos azules y verdes son los predilectos del personal sanitario que cuida y vela por la salud de los pacientes. Los colores más llamativos se reservan para zonas de descanso, espera para familiares y/o áreas para la recuperación de los más pequeños. 

A partir de aquí, el objetivo principal es que el paciente se sienta seguro, protegido y encaminado, mediante el uso correcto de los colores en cada elemento del hospital, a su recuperación y bienestar mientras se encuentra en el centro sanitario. 

 

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