Fotofarmacología: la última gran revolución en la medicina

Conocida como la medicina de la luz, la fotofarmacología, una especialidad con muy poco tiempo de vida, se ha convertido en una de las áreas de la medicina actual con mayor potencial de crecimiento.

 

¿Por qué?

Todo por la promesa de nueva generación de tratamientos y medicamentos sensibles a la luz que utilizan esta radiación para tratar distintos trastornos en el momento y lugar más adecuados.

 

«La fotofarmacología trabaja en el diseño de fármacos que pueden activarse y desactivarse con luz, llamados a crear terapias más precisas y más seguras para los pacientes.«

 

Esta especialidad puede abordar desde problemas mentales e infecciones hasta la diabetes, daños en la visión o mejora decisiva en los tratamientos oncológicos. 

Pero, ¿en qué consiste exactamente la fotofarmacología? 

¿Qué beneficios reales aporta? 

¿En qué situación se encuentra?

 

Sigue leyendo para obtener la respuesta a estas y otras dudas.

 

 

¿Qué es la fotofarmacología?

Es un campo emergente en la intersección de la farmacología y la fotobiología que promete revolucionar el enfoque terapéutico en diversas áreas médicas. 

Esta innovadora disciplina utiliza la luz para activar o desactivar selectivamente fármacos diseñados específicamente para interactuar con ella. Con ello se busca combinar los beneficios terapéuticos de los fármacos con la precisión de la luz. 

Es decir, estamos ante un diseño de moléculas fotosensibles que pueden responder a estímulos lumínicos específicos. 

Estas moléculas pueden ser activadas o inactivadas mediante la exposición a diferentes longitudes de onda de luz, lo que permite una regulación más fina y precisa de su acción en el cuerpo.

 

La fotofarmacología trabaja en el diseño de fármacos que pueden activarse y desactivarse con luz, llamados a crear terapias más precisas y más seguras para los pacientes

 

 

¿En qué consiste realmente?

Tener en nuestras manos un fármaco que podemos introducir en el cuerpo humano,  dejándolo inactivo hasta que decidamos cuándo, dónde y de qué manera debe actuar. 

Además, podemos usar la luz para activar y desactivar este fármaco en la parte del cuerpo que queramos, durante el tiempo que deseemos y con una intensidad concretada por nosotros.

Eso es lo que conseguiremos en unos años con la fotofarmacología.

 

 

Campos de gran potencial

La fotofarmacología ha encontrado aplicaciones prometedoras en una variedad de campos, desde la oncología hasta la neurociencia y la oftalmología. 

Uno de los ejemplos más notables es el desarrollo de fármacos fotosensibles para el tratamiento del cáncer, donde la luz se utiliza para activar los medicamentos solo en las áreas tumorales, minimizando así los efectos secundarios en los tejidos sanos circundantes.

 

La fotofarmacología ha encontrado aplicaciones prometedoras en una variedad de campos, desde la oncología hasta la neurociencia y la oftalmología

 

 

Ventajas y retos de la fotofarmacología

En comparación con los métodos terapéuticos tradicionales, la fotofarmacología ofrece una serie de ventajas notables:

  • Ofrece una orientación precisa de la terapia hacia áreas específicas del cuerpo, lo que minimiza el daño a los tejidos circundantes y reduce los efectos secundarios.
  • Permite personalizar el tratamiento
  • Reduce la resistencia a los medicamentos, ya que al activar o inactivar fármacos según sea necesario, disminuyen las posibilidades de desarrollo de resistencia a los medicamentos. 
  • Tiene un enorme potencial para terapias combinadas más efectivas.

 

Por otro lado, la complejidad de su diseño ralentiza su desarrollo, hay que vigilar de forma determinante la seguridad de los pacientes, y es una tecnología de momento bastante costosa, por lo que su implementación todavía está ‘en pañales’.

 

 

Abriendo nuevas vías para el tratamiento del cáncer

La fotofarmacología allana el tratamiento de la oncología. 

Esa es la principal conclusión de un estudio reciente de investigadores del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que ha sido publicado en la revista Journal of Medicinal Chemistry,

Los investigadores desarrollaron una serie moléculas fotosensibles que actúan en las enzimas histonas desacetilasas (HDAC) logrando un efecto mucho más localizado y controlado.

Esto permitiría facilitar el camino a terapias altamente específicas y abrir nuevas vías para tratar el cáncer.

 

«La fotofarmacología allana el tratamiento de la oncología.«

 

Laia Josa Culleré, investigadora del grupo Química Médica y Síntesis del IQAC, señala que esta terapia va a ser un “alternativa sólida para el tratamiento de ciertos tipos de cánceres”. 

¿El motivo? Disminuiría notablemente los efectos secundarios, evitando los efectos tóxicos en todo el cuerpo. Además, la investigadora destaca que “hasta la fecha, este tipo de fármacos se encuentran en fase experimental para aplicaciones en retina o dolor, pero no hay muchos estudios con buenos resultados en oncología”.


¿Cuándo podrá llegar a la clínica?
 

Se espera que en la próxima década, ya que hay un largo camino por recorrer aun.

 

La fotofarmacología allana el tratamiento de la oncología

 

 

Últimos avances en fotofarmacología para reducir lesiones cardiacas o restaurar la visión

Para analizar cómo funciona esta prometedora técnica, en marzo de 2023 se celebraron dos eventos donde se expusieron los avances de las últimas grandes investigaciones en fotofarmacología. 

Destacó especialmente el proyecto del profesor Amadeu Llebaria como líder en el IQAC-CSIC de PhotoHeart, que busca minimizar los daños causados por la repercusión tras un infarto de miocardio. 

La iniciativa, en consorcio con La Vall d’Hebron Institut de Recerca y The Hopkins University (Estados Unidos), está desarrollando una terapia fotofarmacológica para administrar de forma localizada la dosis óptima de un nuevo tipo de fármaco cardioprotector, regulado por luz, que puede activarse iluminando áreas específicas del corazón durante los primeros minutos de la angioplastia, el tratamiento primario que dilata el vaso sanguíneo obstruido.

Por otro lado, el equipo del que forma parte la doctora Núria Camarero, investigadora del grupo de Nanosondas y Nanoconmutadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), y liderado por Pau Gorostiza (IBEC), impulsa un proyecto en el que intenta desarrollar un fármaco fotosensible para curar la ceguera. 

Esto podría ser útil para el tratamiento de la retinosis pigmentaria, una de las causas más comunes de ceguera, en la que se pierden las células fotosensibles de la retina, pero se conservan las neuronas que hay detrás.

 

«En resumidas cuentas, la fotofarmacología es ya una vibrante área en la medicina que tiene el potencial de transformar la forma en que abordamos y tratamos diversas enfermedades.«

 

Últimos avances en fotofarmacología para reducir lesiones cardiacas o restaurar la visión

 

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