Salud Ambiental y Espacios para la Vida

En el sector hospitalario, el compromiso con una arquitectura respetuosa del medio ambiente ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad ineludible. Los conceptos de “sustentabilidad” y “sostenibilidad”, aunque derivan del mismo término en inglés —sustainable—, han sido adoptados de manera diversa según el país o la región.

Según algunos autores, «sustentable» hace referencia a algo que se mantiene por sus propios medios, mientras que “sostenible” implica el respaldo de factores externos para mantenerse. Pese a sus diferencias etimológicas, ambos términos apuntan hacia una planificación responsable, que contemple el presente sin hipotecar el porvenir.

 

En la construcción, especialmente el de edificaciones hospitalarias, se distingue por un consumo significativo de recursos naturales y energía. Las infraestructuras de salud, que operan sin interrupciones los 365 días del año, requieren un enfoque diferente, más ecológico y estratégico.

 

 

 

 

Arquitectura en sintonía con el clima

Cada vez resulta más clara la relación entre el clima y el confort de las personas. Por eso, tener en cuenta las condiciones climáticas en el diseño de hospitales no es un detalle menor, sino un aspecto clave.

Factores como:

  • el clima
  • el relieve
  • la vegetación
  • y la arquitectura tradicional

 

del lugar donde se va a construir, ayudan a crear soluciones arquitectónicas más inteligentes y adaptadas al entorno.

Diseñar con una mirada regional, considerando las estaciones del año y las particularidades locales, puede llevar a decisiones muy distintas entre sí: dejar entrar la luz del sol o protegerse de ella, permitir la ventilación cruzada o bloquear el viento, conservar el calor o evitarlo.

En este sentido, el uso de recursos pasivos —como la orientación del edificio, los materiales o la vegetación— sigue siendo una opción eficaz, accesible y sostenible para mejorar el confort térmico sin necesidad de depender exclusivamente de sistemas mecánicos.

 

 

 

El Hospital del futuro como Motor de Transformación Urbana

Más allá de su rol asistencial, el hospital tiene una dimensión simbólica y urbana: es un nodo que puede dinamizar el tejido social y económico. Su ubicación estratégica en terrenos degradados, por ejemplo, puede servir como catalizador de renovación urbana.

La integración armónica con el entorno es fundamental. Utilizar materiales regionales no sólo minimiza la huella de carbono derivada del transporte, sino que también genera pertenencia e identidad: en momentos difíciles, lo conocido reconforta.

 

Biofilia, naturaleza que Cura

El concepto de biofilia en el ámbito sanitario, o diseño biofílico en hospitales, hace referencia a la incorporación de elementos naturales en los espacios hospitalarios con el objetivo de mejorar el bienestar de pacientes, profesionales de la salud y visitantes. Esta práctica se fundamenta en la evidencia de que la conexión con la naturaleza genera efectos positivos en la salud, como la reducción del estrés, la mejora del estado de ánimo y una recuperación más rápida.

Hospitales como el 12 de octubre y el Hospital Sant Pau han implementado jardines terapéuticos, sonidos naturales y materiales nobles en sus instalaciones, creando entornos que favorecen el bienestar emocional de los pacientes. Estas intervenciones no solo enriquecen la experiencia durante la hospitalización, sino que también han demostrado contribuir a una reducción significativa en los tiempos de internación.

 

Salud Ambiental y Espacios para la Vida. Hospitales como el 12 de octubre y el Hospital Sant Pau han implementado jardines terapéuticos, sonidos naturales y materiales nobles en sus instalaciones, creando entornos que favorecen el bienestar emocional de los pacientes.

 

 

 

Gestión de Recursos 

Un buen planteo de iluminación, que combine adecuadamente luz solar y artificial, puede disminuir notablemente el gasto energético y mejorar el bienestar del usuario. La luz, cuando acompaña los ritmos biológicos, no solo ilumina, sino que también sana.

El agua, bien escaso y valioso, también puede gestionarse de manera inteligente.

Reutilización de aguas residuales tratadas, captación de lluvia, tecnologías de riego eficientes y accesorios de bajo consumo son algunas soluciones viables para reducir el consumo hídrico en instalaciones sanitarias.

En cuanto a la energía, apostar por tecnologías limpias y sistemas eficientes —como intercambiadores de calor, climatización geotérmica o vigas frías— permite reducir significativamente los costos operativos. Las energías renovables, como la solar o la eólica, ofrecen alternativas cada vez más viables para abastecer parte de las demandas energéticas.

 

 

 

Automatización, gestión de residuos y tecnología eficiente 

La incorporación de sistemas automatizados en entornos hospitalarios abre un amplio abanico de oportunidades. Desde la gestión centralizada de instalaciones hasta el control personalizado de las condiciones ambientales por parte de los pacientes, estas tecnologías promueven una mayor autonomía, confort y eficiencia energética.

Paralelamente, una correcta gestión de los residuos hospitalarios resulta clave para mejorar la bioseguridad y fomentar prácticas sostenibles. La separación en origen y el tratamiento adecuado no solo reducen el impacto ambiental, sino que también optimizan la logística y disminuyen significativamente los costos operativos del sistema de gestión.

 

 

 

 

Certificaciones ambientales: medir para mejorar 

Las certificaciones ecológicas, como LEED, WELL o EDGE, proporcionan marcos técnicos estandarizados para planificar, implementar y evaluar proyectos sostenibles en el sector de la salud. La elección de una u otra dependerá del contexto geográfico, las metas específicas del proyecto y el grado de detalle requerido. Más allá del valor simbólico del sello, su verdadera utilidad reside en orientar el diseño hacia un modelo de arquitectura medible, eficiente y respetuoso con el entorno.

 

 

 

Hacia una arquitectura hospitalaria consciente 

Construir hospitales comprometidos con la salud del planeta no es solo una meta deseable, sino una urgencia ética. Una planificación integral, la selección de materiales sostenibles, el uso eficiente de recursos y una gestión consciente del sistema de salud son fundamentales para avanzar hacia una arquitectura resiliente, adaptable al cambio climático y centrada en el bienestar integral de las personas. En este contexto, la sostenibilidad deja de ser un valor agregado para convertirse en el núcleo de un modelo hospitalario verdaderamente transformador.

 

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