Tecnología para la desinfección de COVID-19 en áreas críticas hospitalarias

La pandemia por coronavirus ha impulsado la innovación y la mejora de la desinfección de todas las áreas hospitalarias.

 

Una de las consecuencias inmediatas del COVID-19 ha sido la intensificación de medidas de limpieza y desinfección en los hospitales, especialmente en las áreas críticas. 

Limpiar y desinfectar las superficies de los centros sanitarios ha supuesto y sigue suponiendo un gran esfuerzo. Especialmente considerando que los gérmenes del virus pueden sobrevivir en cualquier área de un hospital. 

Por ello, a medida que persisten los estragos globales del coronavirus, se antoja vital buscar soluciones que minimicen el riesgo de infección al mismo tiempo que permitan que los hospitales sigan funcionando a pleno rendimiento. 

Priorizar la limpieza de las habitaciones de los pacientes con precauciones de contacto, redoblar los esfuerzos en limpiar y desinfectar las áreas y los equipos, es necesario, pero no suficiente. Y para ir un paso más allá, los robots de desinfección han llegado para quedarse.

Contar con un sistema de gestión eficiente y procedimientos automatizados es sinónimo de mejora en la gestión hospitalaria, y la calidad de ésta se puede medir, controlar y por supuesto mejorar.

 

¿Cómo ayudan los robots a superar la pandemia?

Los sistemas robotizados han dado un paso adelante muy importante como garantes de ser tecnología para la desinfección de COVID-19 en áreas críticas hospitalarias se refiere. 

Si bien hasta ahora se usaban habitualmente para limpiar hospitales sin riesgo y para tareas como controlar la distancia social, en los últimos meses su ayuda se ha vuelto imprescindible para la desinfección del virus en hospitales, así como la necesidad de planificar y diseñar mejor los hospitales del futuro.

 

«Los robots de limpieza, transporte y compañía se han convertido en grandes aliados para combatir la pandemia.»

 

Todo, siendo capaces de aplicar las principales tecnologías de desinfección del coronavirus, como el ozono, los rayos ultravioleta de onda corta y luz UVC, los ionizadores de plasma, peróxido de hidrógeno, filtros HEPA y LUPA. 

No en balde, estos sistemas prometen entornos hospitalarios mucho más seguros, tanto para los pacientes como para todo el personal de salud. De ahí que la pandemia haya puesto el foco en productos más innovadores y efectivos, sin olvidarnos nunca del fantástico personal de limpieza que ha trabajado sin descanso en los centros sanitarios.

 

 

Las tecnologías UVC

Cada milímetro de cada rincón de cada centro sanitario cuenta en la lucha contra el COVID-19. La facilidad de transmisión y apego a determinados materiales han convertido la labor de desinfección en una batalla titánica a la que no se podía renunciar bajo ningún concepto. En ese contexto es donde entra en juego la tecnología de luz ultravioleta UVC, que acaba con cualquier microorganismo de forma segura, rápida y eficaz. 

Materializada en dispositivos, durante la pandemia los hospitales han contado con las lámparas germicidas de irradiación ultravioleta (UVGI) para destruir tanto el ADN como el ARN. Así, la energía germicida UVC penetra en la membrana celular de los microorganismos, dañando de forma  irreparable su ADN. Una intervención ambiental que reduce la propagación por contacto y la transmisión de agentes infecciosos (como bacterias y virus) a través del aire.

Un complemento exitoso a las técnicas tradicionales de esterilización de espacios, como el peróxedo de hidrógeno y las botellas de gas o vapor. Por la premura con la que actúan, son especialmente eficaces para desinfectar quirófanos entre operación y operación. Además, su manejo se puede realizar de forma remota.

 

 

Tecnología de desinfección para destruir el COVID-19

El gran protagonista en cuanto a robotización de hospitales para la pandemia se refiere se llama Xenex. Y es que a los robots que interactúan con pacientes o que les llevan alimentos, se ha sumado en el último año y medio este dispositivo vital para desinfectar diferentes espacios. 

Xenex, compañía texana, es la primera tecnología de desinfección con luz ultravioleta capaz de destruir la COVID. Gracias al uso de tecnología de desinfección LightStrike, logra una reducción efectiva de la contaminación por coronavirus en entornos clínicos de forma rápida, en tan solo cinco minutos.

 

 

Además, este robot de desinfección supuso la primera tecnología de desinfección que utiliza luz pulsada ultravioleta (UVC) capaz de destruir, un 99,99% y en tan solo dos minutos, el temido virus SARS-CoV-2 causante de pandemia. Esta tecnología fue validada meses atrás por el propio CSIC a través del Servicio de Bioseguridad del Centro Nacional de Biotecnología (CNB).

Su funcionamiento es simple: dispone de una fuente de luz ultravioleta tipo C de espectro completo, potente, que aumenta la eficacia germicida y reduce la carga bacteriana. 

Las garantías de desinfección que ofrece no son baladí, dado que la tecnología de desinfección de COVID-19 en áreas críticas hospitalarias ha sido uno de los grandes caballos de batalla de todos los sistemas sanitarios desde finales de 2019.

 

 

 

Si bien existen otras tecnologías avanzadas y eficaces, como el gas de peróxido de hidrógeno o dispositivos de desinfección basados en mercurio, la gran ventaja de Xenex respecto a sus “homólogas” es que es un sistema de desinfección muy limpio y rápido, que no deja restos de productos químicos en las superficies. Aunque es peligroso cuando se está realizando la radiación, por lo que no puede haber personal en la estancia, enseguida se puede volver a acceder. 

Este sistema, todo hay que decirlo, no es nuevo para los hospitales de medio mundo, pues ya fue de gran ayuda en otras emergencias sanitarias como el MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio), en 2012, o el ébola, en 2014. En España, fue el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona el primero en contar con sus “servicios”, y actualmente ya ejerce en más de 40 hospitales.

A modo anecdótico, cabe destacar que en (casi) todas las unidades donde se utiliza el robot de manera habitual, como es el caso de las UCIs, los sanitarios están tan familiarizados con él hasta el punto de ponerle un apodo o haberlo renombrado y llamarlo a diario por su nombre.

 

 

 

 

 

Más tecnología robótica de vanguardia

Además de Xemex, los hospitales, especialmente en sus áreas críticas, llevan meses progresivamente utilizando dispositivos que miden la temperatura, llevan medicamentos y alimentos e interactúan con humanos. 

Es el caso de Vici, un dispositivo similar a una tableta con ruedas que cuenta con una pantalla, altavoces y un micrófono. Este robot también tiene un fonendoscopio y permite realizar pruebas básicas como la medición de temperatura, por lo que ha sido un elemento clave en la comunicación de los médicos con los pacientes. 

En China, el Hospital Popular Provincial de Guangdong apostó por el uso de robots capaces de abrir y cerrar puertas y coger el ascensor de manera autónoma para entregar medicamentos a los pacientes. 

En una clínica de Múnich (Alemania), uno de los huéspedes más especiales es el robot Franzi. ¿El motivo? Limpia, habla y canta en alemán a los pacientes. Las iniciativas, como no podía ser de otra forma, han llegado de todos las esquinas del mundo. Como en Abuya, capital de Nigeria, donde un grupo de estudiantes creó Mairobot, una máquina para ayudar a los hospitales a tratar a distancia a los pacientes con COVID-19, tomando la temperatura, transportando medicamentos y permitiendo al personal sanitario comunicarse con los pacientes con una cámara web y una pantalla.

 

 


Robot ‘Franzi’ en München Klinik

 

 

«En suma, y teniendo como objetivo evitar el contagio masivo, los robots son muy válidos y eficaces para hacer pruebas a ciudadanos, evitar contagios y detectar posibles enfermedades. En tiempos de pandemia, la tecnología para desinfección de COVID-19 es más relevante que nunca.»

 

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